La autorregulación es el proceso de control que ponemos en juego implicados en el control de una actividad, y así controlar así nuestros pensamientos, sentimientos y conductas respondiendo sistemáticamente a un contexto y buscando alcanzar nuestro objetivo. ( Vosh y Baumeister).
Un estudiante autorregulado es aquel cuyas habilidades académicas de aprendizaje y autodisciplina facilitan el aprendizaje y mantienen la motivación. La autorregulación es una competencia que permite a los alumnos activar las estrategias de aprendizaje necesarias para alcanzar los objetivos establecidos.
La autorregulación volitiva es aquella relacionada con la motivación, basada en expectativas y valores. Destaca la importancia del valor de la meta. Las estrategias volitivas ayudan a los alumnos a mantener la concentración y dirigir el esfuerzo de cara a distracciones personales o del ambiente.
Cuando hablamos de actos volitivos hacemos referencia a la voluntad. Lo volitivo es intencionado, arriesgado y libre. Lo volitivo lo podemos definir como la motivación, la emoción de cuando nos enfrentamos a un obstáculo y reflexionamos sobre la acción que llevaremos a cabo para poder alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.
La voluntad estaría estrechamente relacionada con la motivación consciente e intrínseca. Esta se define como el acto de decidir e iniciar el curso de una acción sin compulsión externa.
No obstante, no debemos confundir voluntad con motivación pues, dicho con nuestras propias palabras, motivación es cuando la gente te dice que sigas adelante y voluntad es que tú mismo quieras seguir adelante a pesar de todo. Ambos términos se influyen el uno al otro, pues a través de la voluntad podemos incrementar la motivación y a su vez la motivación alimenta la voluntad.
Todo acto voluntario precede la representación de ese acto o de sus consecuencias, es decir, supone la anticipación de una predicción (prevé las consecuencias que pueden derivarse de sus actos).
En el deseo, en cambio, los actos no se realizan conforme a razón. Seguir los deseos no implica ejercicio alguno de la voluntad, ni predicción de sus consecuencias. El deseo pertenece a la parte sensible y la voluntad a la parte cognitiva. Esto no impide que el acto voluntario esté relacionado con la afectividad.
El hombre solamente se entrega a la acción voluntaria, cuando analiza los pros y los contras de dichas acciones y valora cuál es el mejor camino. Todo ello sin ninguna forzosidad, sino libremente. Por eso, lo volitivo en el hombre es intencional.
La decisión es a la conclusión que llegamos tras la reflexión volitiva, analizamos como seres humanos que somos y vemos si queremos arriesgarnos, tanteamos las posibilidades de éxito y tras este análisis ponemos en práctica la acción determinante.
ESTRATEGIAS DE AUTORREGULACIÓN MOTIVACIONAL
Las estrategias de autorregulación pueden ser varias, desde las más simples a las más complejas y autónomas. La frecuencia en el uso de tales estrategias va a depender del nivel de desarrollo de la persona, pasando de un uso de estrategias muy dependientes en los primeros estadios del desarrollo (cuando se es un niño) , y yendo progresivamente hacia el uso de estrategias con mayor grado de autonomía. La autorregulación implica recurrir a estrategias de autogestión (autoinstrucción, autoevaluación, autorrefuerzo), la capacidad para fijarse metas, la resolución de problemas, la toma de decisiones y la observación.
Para trabajar la capacidad de autorregulación es necesario:
a) Motivar a la persona, concienciarla de que sea ella la que decida modificar su conducta.
b) Enseñarla y hacer que practique las técnicas de autorregulación y autocontrol.
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